Thursday 17 April 2008

Del por qué no conviene ser liberal

El liberalismo es una ideología que erróneamente asegura basarse en el individualismo. Una sociedad liberal se basa en 2 premisas: la primera, sostiene que lo que mas le conviene a cada individuo es respetar las reglas del juego, el rule of law. Yo respeto tus derechos individuales porque es lo que mas me conviene y vos respetas los míos porque es lo que más te conviene. Esto es falso y sencillo de entender por qué: si yo soy más fuerte que vos, lo que me conviene es someterte y obligarte a trabajar para mí o destruirte y robarte todo lo que tenés. Si por el contrario vos sos más fuerte que yo, lo mismo se aplica en sentido contrario. En el caso de que tengamos fuerza similar, lo que nos conviene es buscar a algún otro hijo de puta que sea lo suficiente débil y que podamos someter.

Eso es lo que más conviene hasta ese momento. La situación cambia cuando ya no quedan hijos de puta que podamos someter, porque o (a) han sido destruidos o (b) están bajo el dominio de los fuertes.

En este momento, los liberales dicen: lo que conviene es abandonar las luchas porque un combate entre fuertes provocaría demasiadas pérdidas. Entonces no conviene. Otra falacia. Evidentemente no conviene desde el punto de vista económico: nadie argumenta por ejemplo, que la Primera y la Segunda Guerra mundial fueron beneficiosa para las economías europeas. Sin embargo ocurrieron, ¿por qué? En el caso de la primera, porque lo que convenía era armarse. Ni Francia ni Alemania ansiaban la guerra, sin embargo, los franceses veían como los alemanes se armaban y los alemanes veían como los franceses se armaban. ¿Qué es lo que convenía entonces? Armarse. Más tarde, cuando uno de los actores (Alemania) juzgó que tenía una ventaja relativa frente a su enemigo, lo que le convino fue atacar y de esa forma deshacerse de un enemigo. En el caso de la segunda, la guerra ocurrió porque los alemanes juzgaron que atacar era lo que más convenía. En este caso, el motivo de la guerra no fue obtener más seguridad destruyendo a un enemigo sino la ambición de poder.

El argumento liberal puede llegar a convencer en el segundo caso pero no en el primero: obtener seguridad es siempre primordial. Estos razonamientos se pueden aplicar en la relación entre países pasando por toda forma de grupo u organización humana hasta el individuo.

Debido a que no nos conviene aceptar el rule of law, el lugar que le queda al liberal, es el de la moral: respetar los derechos individuales es necesario porque es lo que está bien. Es decir, el liberal pretende que los individuos acepten su versión de lo que está bien y mal. Esto es comunismo, no individualismo. Vemos entonces como estas dos doctrinas de raíz iluminista se dan la mano y como el liberalismo en el fondo es comunismo.