Supongamos el “estado natural” de Hobbes es decir en donde no existe una fuerza superior. Carlitos es un tipo amable, bienintencionado, que repudia la violencia. También es un buen ciudadano indoctrinado en la moral de nuestros tiempos: le gusta el lucro. Su vecino Juancito es igual. Un tipo campechano, buena gente, panzón y bonachón. También es un comerciante y como tal, le gusta ganar dinero. Carlitos es distribuidor de alimentos. Juancito que tiene un almacén le compra los productos que distribuye Carlitos y de esa forma ambos se benefician. A los dos les sirve dicha relación porque les sirve para ganar dinero y no están interesados en interrumpirla.
Pero no hay un poder superior.
Y surge el problema: Carlitos no sabe cuales son las intenciones de Juancito. Y lo que sí sabe es que nada impide (porque no existe una fuerza superior), que Juancito lo ataque y robe sus pertenencias. Asi que, como persona civilizada y razonable que es, decide aclarar el asunto. Carlitos visita a Juancito y le asegura que tiene buenas intenciones. Juancito, un poco sorprendido, le dice que él también tiene buenas intenciones. Carlitos se va contento para la casa. Pero Juancito se queda pensando… ¿y a éste qué le pasa? ¿por qué vino a decirme que no piensa hacerme daño? ¿no me habrá dicho eso para que yo me descuide y así atacarme desprevenido? Hmmm… mañana lo voy a ver y aclarar el asunto.
A la mañana siguiente, Juancito se aparece en la puerta de Carlitos con un documento en la mano. Se trata de un pacto de no agresión. Ambos lo firman y se juran amistad muta. Carlitos se va contento para la casa, pero Juancito se queda preocupado… ¿y a éste que le pasa? ¿Por qué me hizo firmar ese pacto? ¿no será un truco para agarrarme con la guardia baja? Hmmm…
A la mañana siguiente Juancito decide tomar medidas para protegerse. Entonces va y se compra una .22. Sólo por las dudas. Por si al otro se le ocurre hacer algo. De ningún modo la piensa utilizar para atacar a Carlitos, no, no, él no es así, es un hombre pacífico. Sólo quiere el revólver para protegerse. Ya más tranquilo, la próxima vez que lo ve a Carlitos le comenta como al pasar que se compró un arma, “para protegerse de ladrones y eso, porque uno nunca sabe”. Carlitos, se hace el gil: claro, claro, le dice pero queda profundamente perturbado. Y se compra una .38. Para defenderse obviamente.
Y se compra una .45. Por las dudas...
(continuará)Próximo episodio:
¿Podrán Carlitos y Juancito resolver sus diferencias de manera pacífica?
¿O terminará todo en un baño de sangre?
¿Acaso la razón los llevará a darse cuenta del fatal destino que les espera?
6 comments:
La razón les alcanza, pero es mejor que se sienten a tomar un escocés o a fumarse un faso, cagarse de risa un cacho, mirarle el culo a las minas que pasan y acordarse de lo amigos que son.
para mí el se casa con la sirvienta y se da cuenta que es hijo de carlitos , pero por las dudas espero ansioso el proximo episodio
será suficiente con que la razón les de para terminar el post.
juancito y carlitos son dos pelotudos ignorantes ,q nunca leyeron el " contrato social " de rousseau ,tambien padecen de paranoia ,su futuro depende de q en su estado existan los siquiatras y las bibliotecas.
aunque tambien puede salvarlos,el q se den cuenta , si tienen el suficiente sentido comun para darse cuenta ,de q si alguno de los dos muere el otro pierde dinero .
porque mierda siempre tenes que meter a un sicólogo o a un siquiatra en todo, putón del barrio?
Sin duda Juancito y Carlitos se preocupan por ganar dinero. El tema es que asegurar su propia supervivencia es prioritario. Es decir, antes que ganar plata prefieren estar vivos.
Sobre el llamado "contrato", ya va a venir en futuros episodios.
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